Uno de los símbolos
representativos de la historia de México es el esquilón San José, mejor
conocido como la “Campana de Dolores". Es bonito pensar que a
las 11 de la noche de cada 15 de septiembre, el señor Presidente en turno toca
esa campana y oímos el mismo sonido que oyó Hidalgo y los que los siguieron en
la aventura que fue la Independencia de México.
La campana de Dolores
se fundió en julio de 1768; fue entonces cuando le llamaron el "Esquilón
San José". El patrono de toda la Nueva España era San José, entonces de
alguna manera la campana que en 1768 se pone en la Parroquia de Dolores,
Guanajuato representa a toda la Nueva España con su santo patrono.
Ciento veintiocho
años después, el 16 de septiembre de 1896 fue trasladada de Dolores Hidalgo,
Guanajuato a la Ciudad de México para que fuera colocada en Palacio Nacional,
en un nicho especial arriba del balcón central de Palacio Nacional el 14 de
septiembre de 1896; un día después tocó por primera vez en el Zócalo
capitalino.
Mide 77 centímetros
de altura y pesa 150 kilos, frecuentemente se le da mantenimiento. Este año ya
está lista para que este 15 de septiembre, tal como ocurre desde 1896, la
Campana de Dolores sea tocada desde el balcón principal de Palacio Nacional.
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